El proyecto Louhans implicó una colaboración compleja entre todos los actores, cada uno de los cuales desempeñó un papel esencial en la restauración. Por un lado, los expertos en seguros, los asegurados y las víctimas de desastres trabajaron juntos para establecer una evaluación precisa de los daños. Por otro lado, los estudios técnicos recurrieron a la oficina de diseño estructural, a los especialistas en diagnóstico y a los arquitectos. Estos actores pudieron colaborar de manera eficaz gracias a referencias comunes, como los planos en 2D, un modelo en 3D, las visitas virtuales y las representaciones fotogramétricas. Estas herramientas facilitaron un enfoque coordinado y seguro para llevar a cabo las inspecciones y los estudios con éxito, garantizando una toma de decisiones rápida y precisa. También optimizaron los plazos, redujeron el riesgo de errores y, al mismo tiempo, garantizaron la calidad de los trabajos de restauración y la seguridad de las intervenciones in situ.